En el lejano oriente los robots pueden hacer de todo, desde trabajar como recepcionistas hasta jugar partidos de fútbol. En el caso de Corea del Sur, las autoridades implementarán un grupo de robots guardianes en la prisión de Pohang a partir del próximo año.
El proyecto, patrocinado por el Ministerio de Justicia, estará a prueba durante un mes en la prisión ubicada al sureste de Seúl. Los robots realizarán tareas de patrullaje por la noche y serán capaces de distinguir si hay conductas sospechosas entre los prisioneros.
De igual modo incluirán sensores que les permitirán revisar las condiciones de las celdas y en caso de que haya algún comportamiento extraño, podrán emitir un reporte al oficial a cargo.
Contrario a lo que podríamos pensar, estos robots no serán usados como Terminators, sino como apoyo para que los guardias actuales se deslinden de actividades tediosas y se enfoquen más en el proceso de rehabilitación de los prisioneros.
El costo de los nuevos guardias asciende a unos US$863.000 y los ingenieros se encuentran dando los últimos toques para cuenten con una apariencia “más humana y amigable”.
Nos preguntamos si también serán a prueba de hackeo.
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