El Curiosity ha vuelto a perforar la dura roca marciana, bautizada como ‘Cumberland’, este pasado domingo abriendo un agujero de 6, 6 cm.
Esto ha permitido, como en la primera ocasión, dejar expuesto al exterior el polvo que será analizado por los diferentes instrumentos que transporta el rover.
La primera vez que el Curiosity utilizo su taladro fue el pasado febrero, las muestras obtenidas del interior de la roca señalaron que, en el pasado, la zona donde se encuentra el MSL fue una vez capaz de proporcionar un hábitat ideal para la vida microbiana, un descubrimiento que el equipo del JPL quiere confirmar con esta nueva perforación.
Ese anterior análisis mostro que las condiciones presentes en el cráter Gale no solo peritan la presencia de agua en estado liquido con una baja acidez y salinidad, sino que incluían los ingredientes claves elementales para la vida, un gradiente de energía que podría ser explotada por los microbios.
El Curiosity aterrizó en el interior del enorme cráter marciano Gale el pasado agosto, tras lo cual se inicio una misión que le mantendría activo durante los próximos dos años para tratar de descubrir las condiciones existentes en esta región en el pasado marciano.
El rover, probablemente, se dirigirá a la base del Aelis Mons una vez concluyan los análisis de estas nuevas muestras, un viaje de unos 8 kilómetros que tardara en recorrer unos 2 meses, debido a que la velocidad máxima del rover es de apenas 0, 14 km/h.
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