¿Alguna vez ha empleado su huella digital para entrar a un edificio? ¿Quizás en el área de inmigración de un país? Lo más seguro es que haya respondido que sí a alguna de estas dos preguntas, o probablemente a las dos. La biometría, o el empleo de rasgos únicos e irrepetibles del ser humano para la gestión de identificación, es una tecnología que cobra cada vez más fuerza en diferentes aplicaciones relacionadas con la seguridad a nivel mundial.
Las huellas digitales son características biométricas fiables y permanentes, resistentes al envejecimiento y la variación en el tiempo, y por esta razón han sido la base de la criminalística desde 1891, cuando Juan Vucetich inició una colección de huellas de convictos en Argentina. Hoy en día, la biometría se emplea para mucho más que para la identificación forense. Nuestras huellas se han convertido en una tarjeta de identidad que nunca perdemos, y por tal motivo su aplicación se está extendiendo a numerosos ámbitos de la vida diaria.
Seguridad aeroportuaria
El tránsito de pasajeros en los aeropuertos es uno de los retos más importantes para la seguridad nacional. Por eso, los servicios de inmigración de algunos países han adoptado sistemas de gestión electrónica de fronteras para garantizar los máximos estándares de confiabilidad debido a la rápida escalada de viajes transfronterizos en sus terminales aéreos.
Además, aeropuertos en Hong Kong, Londres, Francia, Bulgaria y muchos otros países han instalado e-gates, las cuales ejecutan la identificación biométrica de los pasajeros, mejorando la eficiencia en sus tiempos de circulación y un robusteciendo la seguridad de áreas con alto tráfico de usuarios.
Confiabilidad electoral
Con el fin de eliminar el fraude electoral, varios países han implementado la actualización de sus registros electorales con elementos biométricos para incorporar mayores mecanismos de seguridad que permitan certificar la identidad de cada votante y evitar problemas asociados a la doble votación y la suplantación de identidad.
En algunas plataformas de voto electrónico, la huella digital es utilizada para validar la identidad del elector y habilitar el inicio de la sesión de la votación, asegurando así que se cumpla el precepto de un solo voto por elector. Venezuela fue el primer país que implementó la autenticación biométrica a nivel nacional en sus elecciones de 2012 con tecnología provista por Smartmatic.
Pagos electrónicos seguros
El PIN o clave secreta ha sido hasta ahora el método preferido por los bancos para mantener restringido el acceso a las cuentas de cada persona. Sin embargo, la memoria no es una herramienta infalible, y las tarjetas de débito son susceptibles a ser extraviadas o robadas. Para solucionar este problema, países como Alemania y Francia están experimentando con sistemas biométricos de pago electrónico en los supermercados. Con su huella digital, el cliente obtiene acceso a su cuenta sin necesidad de cargar un plástico ni memorizar un número, así como también evitar la clonación de tarjetas.
Salud
La duplicación de historias médicas y el robo de identidad son una realidad problemática en las entidades de salud. Para prevenir el fraude en situaciones tan delicadas que puedan comprometer la salud de los ciudadanos, el hospital Hugh Chatham en Carolina del Norte, EEUU, implementó un sistema biométrico multimodal con reconocimiento de huella digital, iris, rostro y patrón de venas de la palma para reconocimiento de pacientes. Con este se hace imposible la confusión entre historias médicas, eliminando así el riesgo de ofrecer al paciente el tratamiento equivocado.
Curiosidades:
En los Juegos Olímpicos Atlanta 1996 se implementó por primera vez un sistema de geometría de la mano para controlar y proteger el acceso físico a la Villa Olímpica.
La tecnología de reconocimiento facial atrapó por primera vez la atención del público a causa de la reacción de los medios de comunicación a una aplicación de prueba en el Super Bowl del año 2001, donde se capturaron imágenes del público y se compararon contra una base de datos de retratos policiales digitales (mugshots).
El sistema de reconocimiento de iris se utilizó para identificar a la "niña afgana" (Sharbat Gula) 18 años después de que el fotógrafo Steve McCurry publicara en el año 1985 una imagen suya con 12 años en la portada de la revista National Geographic.
En 2004, Connecticut, Rhode Island y California establecieron a nivel estatal bases de datos de impresión de palma que permitían a las fuerzas de seguridad en cada estado presentar huellas palmares latentes no identificadas para contrastarlas contra sus bases de datos de delincuentes.
En 2004, Estados Unidos fue pionero en utilizar la biometría en sus aeropuertos internacionales tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El Departamento de Defensa (DoD) implementó el Sistema Automatizado de Identificación Biométrica (ABIS) en 2004 con el objetivo de mejorar la capacidad del Gobierno de EEUU para rastrear e identificar las amenazas a la seguridad nacional. Luego, Inglaterra imitó esta práctica en la que se toman las huellas digitales de los viajeros en el área de inmigración.