La primera década del siglo estuvo marcada por la entrada en nuestro espacio cotidiano de un sinfín de tecnologías: iphone, ipads, kindles, lectores electrónicos, ordenadores tabletas, blackberrys, androides, wiis...
Pero, ¿se acuerdan de cuando los gadgets no monopolizaban nuestra existencia? Entonces sin duda pertenece a otra generación.
Recopilamos algunas de las cosas que pertenecen ya al pasado y que ya están pasando de moda.
1. El fax
¿Se acuerdan de aquellos armatostes que solían ocupar grandes espacios en las oficinas y servían para enviar copias de documentos a distancia?
El fax, la abreviación de facsímil, es el primero de los aparatos tecnologías declarada oficialmente en especie de extinción.
Aunque de alguna forma existen desde el siglo XIX el fax no se introdujo en las oficinas hasta la década de los '70 y se popularizó en los '80. El uso de fax ha sido sustituido por la comunicación a través de email y también por los escáneres, que permiten enviar documentos de forma más rápida, con mayor probabilidad de que efrectivamente le llegue al receptor.
2. Cintas de video o VHS
El VHS o Video Home System, sistema de video para el hogar, nació oficialmente en 1976 y fue lanzado al mercado por una empresa japonesa.
Durante un par de décadas impuso gradualmente su reinado en todos los hogares del mundo desarrollado, trayendo el cine a casa.
Pero su decadencia comenzó en 1995 cuando su versión más desarrollada, el DVD, saltó a los hogares e impuso una nueva tecnología, en este caso digital, que devoró la anterior.
3. Directorios telefónicos
El advenimiento de internet y la búsqueda electrónica, que devuelve en segundos millones de opciones a golpe de un click, han dejado obsoleta la práctica de levantar el lístin de teléfonos o buscar en la guía cuando necesitamos de un fontanero, encontrar un restaurante o saber cuál es la oficina de correos más cercana.
Cada vez se imprimen menos guías telefónicas y cada vez estas son menos gruesas... Las páginas amarillas marcan el color del pasado.
4. Anuncios clasificados
Quienes lleven décadas leyendo periódicos recordaran que antaño solían pesar mucho más que ahora y que, en ocasiones, más de la mitad de los periódicos eran publicidad en forma de anuncios clasificados.
Pero la existencia de páginas especializadas en las que se pueden poner anuncios y el uso de internet o de redes sociales para dirigirse a una audiencia más específica ha provocado la progresiva desaparición de esta mítica sección de los diarios.
5. Enciclopedias/Diccionarios
Antiguamente todas las estanterías de las casas de bien contaban con al menos un tipo de enciclopedia en sus estantes. Y siempre existía el diccionario por si existían las dudas de ortografía o para buscar palabras en otros idiomas.
Pero en internet todo puede encontrarse mucho más fácilmente, con menos esfuerzo y sin desembolso económico.
6. Agencias de viajes
Todavía no desaparecidas del todo, pero iniciando el camino hacia la extinción, se encuentran las agencias de viajes, aquellos locales a los que uno va, elige destino y visiona catálogos antes de tomar una decisión acerca de hacia dónde viajar.
Los agentes de viaje cumplían la misión de asesorar, pero también de reservar vuelos a través de complicados programas, y ayudarnos con la reserva de los hoteles.
De nuevo internet ha sido el culpable: la popularización de las páginas de las aerolíneas de bajo costo y de reservar los hoteles online hace que todos tomemos un papel más activo a la hora de organizar nuestros viajes y podamos ahorrar costos y comisiones. Y convierte a las agencias de viajes en un lugar que se encamina a convertirse en un residuo del pasado.
7. CDS
De la misma forma que el CD acabó con el uso generalizado del vinilo, la música y los formatos electrónicos amenazan con la desaparición del CD, el formato que se nos vendió en su momento como el definitivo.
Los ipods y mp3s han traído consigo una nueva forma de compartir y escuchar música mucho más portátil y cómoda. Y aunque nos hicieran creer lo contrario, lo cierto es que el CD, también se raya.
8. Teléfonos normales
Hubo un tiempo en que resultaba inconcebible pensar en una casa sin una línea telefónica fija. Los teléfonos solían estar instalados en la cocina o en el salón de la casa y cuando uno recibía llamadas no podía moverse de esa habitación durante la duración de la llamada.
Los teléfonos celulares cambiaron completamente la forma en que realizamos llamadas y en la que nos comunicamos. A medida que su número se multiplica globalmente también desaparece el número de teléfonos fijos.
Incluso hay encuestas de mercado y estudios que aseguran que hay una generación, la de menores de 20, que no conoce la existencia de los teléfonos de pared.
9. Cámaras
Los rollos de fotografías que se revelaban en los laboratorios mientras uno podía jugar con las luces, el contraste y el balance de negros hace tiempo que pasaron a la historia.
Aunque siempre queda el recurso del retoque digital, que no cuenta con la parte poética del de la película, pero es más rentable económicamente.
Sin embargo los expertos vaticinan que no sólo el rollo de película, sino también las cámaras serán algún día un objeto de museo. Y es que los nuevos teléfonos cada vez cumplen más esta función y permiten capturar el aquí y el ahora de forma inmediata y compartirlo en las redes sociales en el mismo momento que ocurre.
10. Olvidar
Pero por más de que todo lo anterior se torne obsoleto, no pasará al olvido pues olvidar está pasado de moda.
"La web significa el fin del olvido", declaró hace unas semanas el diario The New York Times. "Internet graba todo y no olvida nada", afirmaba el artículo.
Y la realidad es que cada vez existe una versión digital de cada cosa que hacemos, copias de los emails, de las fotos, de las conversaciones a través de chats, de las facturas digitales, registro de cada una de las llamadas, o de los textos de los mensajes, de las opiniones que dejamos en blogs o redes sociales.
Nuestra información personal, desde lo que compramos, gastamos o los lugares a los que vamos, deja una huella electrónica... que hará que en unos años olvidar sea una palabra del pasado.